Hace una semana Netflix estrenó “Rompan Todo”, un documental sobre la historia del rock latinoamericano. Solo saber que Netflix había producido esta miniserie era razón suficiente para descartarla. Pero igual, el morbo me convenció y al fin y al cabo termine viéndola. Lo que pasa es que sobre el rock latinoamericano casi no hay muchos documentales. Pero esto se debe a una razón muy concreta. El rock es foráneo a esta región. Como muchos sabrán el rock es originario de los estados unidos. Fue en ese país donde este genero musical emergió como una corriente popular entre jóvenes que no eran músicos profesionales, ni pensaban serlo. Esa es la belleza degenerada del rock and roll señores y señoras. Es la búsqueda de la creación en la informalidad, en la carencia, para poder construir mientras rompe con todo. Dado a este trasfondo, luego de ver este documental me pregunté lo obvio. ¿Es “Rompan Todo” leal a la esencia del rock? 

Lo que muchos no saben sobre el rock, es que tiene un origen particular dentro de la cultura norte americana. El rock se origina dentro de las comunidades negras de los estados unidos. Siendo el blues su progenitor, el rock carga consigo la lucha de una comunidad oprimida en búsqueda de una voz propia. Como es de saber, esa no es la historia que conocemos. Se habla de Elvis, pero no Berry ya que las comunidades blancas norte americanas se apropiaron del rock, pero excluyeron su lucha, su esencia. El rock en las comunidades blancas se convirtió en un acto de rebeldía sin causa; lo que atrajo a muchos jóvenes en su entonces y sigue atrayendo a los dandis que buscan divagar y deambular sin rumbo alguno por la vida.

Podría hablar sobre las carencias de este documental, pero ya muchos hablaron de esto y me parecen muy atinadas, pero al mismo tiempo desubicadas. Sí, este documental es un producto de ciertas disqueras que solo se enfocan en Argentina, México y con menor frecuencia en Chile y Colombia; mencionan al Perú por unos minutos para introducir a Los Saicos, pero no llegan a realmente rendirles tributo. Sin embargo, mi crítica no es al documental, sino a las críticas que existen sobre el documental. Hago esto, no para defender al documental (en general no me gustó), si no porque este documental expone la esencia de la rebeldía sin causa del rock.

En “La gaya ciencia”, Nietzsche dijo su más famosa frase: “Dios ha muerto y nosotros lo hemos matado”. Con esta frase Nietzsche quería expresar cómo el mundo moderno había destruido los cimientos de la moralidad cristiana sin que nadie se de cuenta. Al contrario de lo que muchos piensan, de ninguna manera Nietzsche celebraba la muerte de Dios. Para él la desaparición de lo divino simplemente reflejaba la falta de sentido del mundo moderno. No obstante, Nietzsche no era fan del cristianismo. Él veía al cristianismo como la religión de los esclavos que valoran negar la vida; algo que él define como nihilismo pasivo. Por esta razón, Nietzsche propone al individuo crear valores que afirmen la vida. De esta manera, el individuo debería desvincularse del monoteísmo cristiano para acercarse más a un cierto politeísmo que no crea en absolutos.

¿No pasa algo similar con el rock cuando siempre se cuestiona su muerte? Muchos dicen que el rock nunca muere; y esto es posible porque el rock es la pulsión de muerte que nunca puede terminar de morirse. Muere y muere, pero nunca llega a su fin. Se podría decir que el rock en su faceta más nihilista es el deseo de expresar el sin sentido con un solo de guitarra a costa de la destrucción del mundo entero. Sin embargo, llega un momento cuando el rock simplemente muere porque su deseo transgresor se enfrenta contra su propia existencia. El rock, como rebeldía sin causa, muere cuando es formalizado, cuando es absorbido dentro del sistema. Pero no por alguna desaventura, sino porque solo es así como realmente el rock llega a culminar su máximo deseo de autodestrucción.

“Rompan Todo” expresa la esencia del rock que fue apropiado de las comunidades oprimidas. Cuando critican al documental por no realmente romper con todo, se olvidan de que este espectáculo sí que rompe con todo cuando mata al rock mismo. Pero esto no es nada fuera de lo común. El rock muere cuando se le llama “clásico”, cuando se le observa con cierta nostalgia y puritanismo. El rock esta muerto y solo así podrá renacer la rebeldía vanguardista que realmente busque una voz propia con valores que le den sentido al devenir del mundo.