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Más que un Dios

Publicado: 2020-11-28

Es muy difícil describir a Diego Maradona con palabras cuando su magia la expresaba en la cancha y fuera de ella con una voluntad digna de un titán. Aunque soy muy joven para entender la profunda relevancia de su existencia, el mito aún vive en nuestra generación. El mito de Maradona, un jugador que dominaba la pelota con un virtuosismo tan descomunal que podía evadir todos los defensas solo para deslumbrarnos con una sublimidad nunca antes vista. Tal vez Maradona solo fue un mito, una historia manipulada para crear una fantasia. Sin embargo, ¿qué seria de la vida sin el mito, sin la ilusión de llegar a ser como D10s?  

Maradona fue un titán, un ser que no pertenecía a este mundo terrenal, un ser cuyo deseo excedía la vida misma. Tal vez si halla una palabra que pueda describir a el Diego es la de “exceso”. Su vida se podría resumir como un sublime exceso que pretendía romper todos los limites de su mundo. Muchos critican a Maradona por sus excesos, y no voy a defenderlos cuando estos perjudicaron a otras personas. Pero hay que tener claro que no existen genios sin una locura detrás de ellos. El Diego, como todo genio, fue el producto de una monstruosidad que solo encontraba orden en su arte, en el futbol. Sin embargo, a comparación de otros fenómenos, su genio era tan grande que no podía contenerse dentro de la cancha. Lamentablemente, su obsesión por el futbol le impidió expresar su divino don en su vida privada de la misma forma que la expresaba con el balón.

Aun así, más allá de su controvertida vida privada, Maradona fue un guerrero que luchaba por Latinoamérica dentro y fuera de la cancha. Dentro de la cancha cómo podemos olvidar su liderazgo al momento de enfrentarse a Inglaterra en el mundial de México 1986 — cuando la mano de dios anotó el primer gol y guió el segundo, el gol del siglo —. Hay que tener en cuenta que Argentina venia de haber perdido la guerra de las Malvinas en 1982. Dentro de ese contexto, la actuación de Maradona fue de una épica mitológica. Así mismo, en un mundo polarizado entre dos potencias mundiales, Maradona tuvo la colosal valentía expresar sus opiniones políticas para defender las causas de los caídos. Como él alguna vez dijo: “Soy de izquierda de pies y cabeza”. Peculiarmente, tanto fue su amor por la lucha de clases que dio su ultimo suspiro el mismo día que Fidel Castro falleció — otro titán de mundos pasados —.

Como los titanes de la antigua Grecia, Maradona es el padre de los dioses que hoy en día corren por las canchas. Su legado ha influenciado a muchas personas alrededor del mundo, hasta tal punto que es difícil imaginar el futbol latinoamericano sin el Diego, especialmente para los argentinos. Pero a pesar de su partida, Maradona no puede desaparecer tan fácilmente. Maradona nos a dejado. Pero más que dejarnos un vacío, nos ha dejado un mito, el de un titán cuya excesiva genialidad fue más grande que la del dios que hoy viste su camiseta.


Escrito por

Rizomático

Filósofo-Sociólogo-Músico-Gamer-Escritor-Lector-Cocinero-Amante-Poeta-Caminante-Animal-Humano https://twitter.com/entrevacios


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