Esta semana nos agarró de sorpresa a todos. Parecía que un futuro prometedor se avecinaba en el mundo entero luego de saber que Trump finalmente dejará la presidencia de los Estados Unidos. Lamentablemente, esta comprometida alegría ajena duro muy poco, ya que este lunes los distinguidos miembros del congreso peruano decidieron vacar al presidente de la república por su evidente “incapacidad moral permanente” … No lo sé, tal vez si fuera esto correcto Vizcarra debería ser mandado al manicomio, o a algún centro reformatorio… Lo que quiero decir es que evidentemente una persona incapaz de actuar moralmente no debe andar libre en las calles, ¿no lo creen? 

No creo que ninguna persona en este lindo país llamado Perú crea por un segundo que Vizcarra es un degenerado o un demente o que de alguna forma no pueda pretender ser una persona moral. Me niego a aceptar que muchos piensen que realmente Vizcarra carezca permanentemente de juicio moral. Sin embargo, son los medios amarillistas, con una retórica populista, los que han confundido a muchos. Estos medios amarillistas son parte de este sistema político y cultural que abarca todos los aspectos de nuestro día a día, creando con sus noticias hiperrealistas lo moralmente correcto e incorrecto.

Bueno, en general es confuso saber quien tiene juicio moral o quien no. Es por esta razón que muchas veces es tan fácil manipular a las personas y a uno mismo sobre lo moralmente correcto. No requiere mucho, solo es necesario adjudicarle al otro todo lo malo en el mundo para verse a uno mismo como la pobre victima de los juegos sucios de la política, como si fuese la política y el estado solo capaces de engendrar toda la maldad de una nación. Tal vez sea un problema paterno que muchos proyectan a la patria, o simplemente una falta de juicio moral. De todas formas, este prematuro juicio lo único que desea es encontrar un padre que lo libre del mal y de todas sus responsabilidades morales. Es aquí el evidente problema.

Lamento decirles esto, pero no existe el político perfecto, como tampoco existe el padre perfecto. No digo esto para exculpar a Vizcarra de sus presuntos actos de corrupción, eso solo lo puede decidir un juez. Digo esto porque el político perfecto, el arquetípico guerrero contra la corrupción, es una fantasía compartida por ambos bandos. Todos en general, desde los manifestantes en las calles, los congresistas a favor de la vacancia, lo congresistas en contra de la vacancia, hasta las personas indiferentes a la política comparten una fantasiosa creencia en el político perfecto. Un político perfecto que muchas veces se le suele imaginar como un individuo fuera de la política. No hay que irse muy lejos para notar como muchos norteamericanos cayeron en esta fantasía cuando eligieron a Trump en el 2016 porque supuestamente era un hombre de negocios que no se metía en cuestiones políticas…

Volviendo al tema, es con esta ilusión del político perfecto que lucha contra los demonios de la corrupción como los congresistas sustentaron la vacancia de Vizcarra. Se que muchos piensan que estos congresistas son unos hipócritas que se jactan de ser defensores de la democracia cuando en realidad solo expresan una burla sobre esta. Sin embargo, déjenme decirles que estos congresistas no tienen sentido del humor. Estos laureados congresistas no han entendido el chiste de la democracia. El chiste de la democracia no se basa en el voto de la mayoría — solo por tener los suficientes votos para vacar al presidente no hace de esta acción democrática —. El chiste de la democracia yace en la necesaria castración política de todos los servidores publico.

La constitución existe para burlarse de los delirios magalomaníacos de cualquier político que quiera gobernar “creativamente”. Por ejemplo, ningún político puede mandar a matar a los criminales o a sus contrincantes, ni tampoco puede autoproclamarse presidente de la republica de por vida ya que la constitución se lo impide. Por esta razón, parte de aceptar un cargo publico es aceptar que este trabajo es el de ser un simple burócrata que sigue las ordenes que el pueblo le ha asignado. En otras palabras, el chiste de la democracia es que los políticos deben asumir el rol de sumisos y la constitución, representando la voluntad racional del pueblo, el rol de la dominantrix que se burla permanentemente del narcicismo de los políticos.

Lo que esta en juego con este golpe de estado es el chiste de la democracia, materializado en la constitución que regula burocráticamente todas las actuaciones de todos los políticos. Nuestro deber como ciudadanos es recodarles a estos congresistas de su absurda existencia. No son guerreros que luchan contra la corrupción, son simples servidores públicos que deben aceptar su rol servil si quieren servir a la patria. ¿Aceptarán su castración política, o será necesario sacar nuevamente la guillotina para asegurarnos que sus cabezas menos racionales no penetren en la política?