Primero como farsa, luego como farsa
Esta semana el congreso aprobó debatir la moción de vacancia contra Martín Vizcarra. Al parecer la historia de un complot contra la democracia se repite, como todo en la historia, una vez más. Y así como la historia misma no es nada más que la repetición de ciertos eventos (como el “después de Cristo” adherido a cada nuevo año), es solo por esta repetición que un evento adquiere relevancia histórica. Sin embargo, cuando la repetición es la de una mentira, la veracidad de un evento es la de un teatro de sombras, donde la verdad es mentira y la mentira verdad.
“Hegel dice en alguna parte que todos los grandes hechos y personajes de la historia universal aparecen, como si dijéramos, dos veces. Pero se olvidó de agregar: una vez como tragedia y la otra como farsa”, declaró Marx en un texto donde analizó cómo el sobrino de Napoleón traicionó los ideales de la revolución francesa para instaurar una monarquía constitucional. ¿Es lo sucedido en ese entonces similar a lo que pasa ahora? Sí y no.
Sí. Como es evidente, la historia se repite. El congreso tendrá que votar una vez más si vacan o no al presidente de la república. El hecho de que los congresistas sean otros solo reafirma la importancia de una vacancia que aún resuena en los corredores del congreso. ¡Cómo no va a ser importante la vacancia de PPK si en ella el congreso encontró un arma mortal contra el poder ejecutivo! Por lo menos, lo suficientemente importante para repetirlo otra vez.
No, no es similar a la revolución francesa. Lamentablemente, no vivimos en los tiempos revolucionarios de quijotescos ideales, cuando la sangre aún brotaba por una causa y las tragedias dejaban marcas indelebles. Vivimos en un mundo abnegado, donde, aunque más y más quijotes deambulen sin un guía al costado, prevalece la creencia que los ideales son cosa del pasado. ¿Cómo puede haber tragedia sin un heroico idealismo? Seamos concretos, no hubo nada heroico en la primera vacancia. Recordamos ese hecho solo por sus consecuencias negativas en la política, pero detrás de este no hubo ningún ideal perdido. La vacancia de PPK fue desde el principio una farsa, nada más que una farsa donde todos los actores simulaban defender valerosamente la democracia. Por ende, una segunda vacancia — luego de lo sucedido y en medio de una pandemia — solo reafirmaría esta farsa. No explicaré por qué la vacancia de PPK fue una farsa, porque solo una persona con incapacidad moral es incapaz de distinguir esa injustificada condena.
Sin embargo, a pesar de todo esto, lo importante de esta repetición en la historia, es que ahora los congresistas y el pueblo en general tienen la posibilidad de redimir sus errores. La historia nos esta otorgando la oportunidad de afirmar o negar lo pasado. Si los congresistas vacan a Vizcarra, la vacancia se volverá una viable arma mortal a ser utilizada indefinidamente. Tal vez, una tradición política se creará en torno a la vacancia, para bien o para mal. Pero si los congresistas votan en contra de la vacancia, este hecho retroactivamente definirá la primera vacancia como una farsa de la cual muchos estarán arrepentidos.
Lo más probable es que los congresistas voten en contra de la vacancia. Quién sabe… Esperemos que la farsa no se vuelva a repetir.