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Horas de Vida

Publicado: 2020-06-20

Esta semana el gobierno peruano ha alargado nuestros días unas cuantas horas más, en las cuales podremos recordar nuestras vidas antes del confinamiento. Las nueve de la noche será el nuevo limite entre la ley civil y la ley marcial, entre una crisis salubre y un estado de excepción. Mientras muchos celebran esta magnánima decisión, la necesidad de imponer un toque de queda sigue siendo algo excesivo y poco racional. Ciertamente el estado—el cual esta obligado a preservar ciertos derechos inalienables—busca mantener el orden entre sus ciudadanos. ¿Es acaso esta razón suficiente para suspender por horas la ley cuando en una cuarentena todos estamos obligados a mantener distancia desde nuestros hogares? ¿Es el toque de queda necesario en cuarentena?  

Desde el comienzo de esta pandemia, el filósofo italiano, Giorgio Agamben, ha escrito varios comentarios para advertirnos de posibles autoritarismos. Para Agamben, el estado ha encontrado en esta pandemia razones suficientes para suspender la ley y mantener un indefinido estado de emergencia. Su critica no fue bien recibida entre muchas personas, ya que subestimo el poder letal del coronavirus. Al comienzo, Agamben pensó que el virus no era tan perjudicial para la salud. Por esta razón el vociferó en contra del estado de emergencia en Italia. Sin embargo, aunque él haya estado equivocado, esto no significa que su tesis gubernamental es errónea. Para Agamben, el estado de excepción es el paradigma de nuestra gubernamentalidad moderna, por la cual el estado tiende a suspender la ley por razones ‘excepcionales’ para expandir su poder dentro del mundo civil.

Sin embargo, hay una critica aun más incisiva a la aplicación de la tesis Agambiana a esta pandemia. El filosofo esloveno, Slavoj Zizek, criticó la postura de Agamben en un comentario escrito para The Philosophical Salon. En este comentario Zizek refuta algún interés del soberano por mantener un estado de excepción, ya que esto estancaría la reproducción del capital y de los mercados (como lo ha ocurrido hasta ahora). El capitalismo no se beneficia de alguna forma al mantener un estado de emergencia de esta magnitud. Por esta razón, Zizek piensa que el estado debe hacer “con transparencia” todo lo posible para contener el virus. ¿Pero es acaso imponer un toque de queda lo mejor que el estado puede hacer?

Obviamente las acciones del estado peruano no se han reducido a mantener la ley marcial por las noches. Pero no hay que subestimar el hecho de que el toque de queda (y la cuarentena) ha sido una pieza crucial en el ‘discurso’ de esta pandemia. Lo cual nos hace reflexionar sobre lo ya antes dicho ¿Por qué es necesario el toque de queda cuando ya existe una cuarentena? ¿Hay acaso un rol crucial por el cual el toque de queda lo distingue de la cuarentena?

Muchas personas defienden el toque de queda, ya que piensan que esta es la única medida de contener a todas las personas que salen de sus casas por las noches. Sin embargo, los infractores del toque de queda son también infractores de la cuarentena. De la misma manera es difícil diferenciar la cuarentena y el toque de queda cuando en ambos casos las calles son vigiladas por los militares. Las razones por mantener el toque de queda siguen siendo pocas, ya que es difícil diferenciarlas. Pero existe una particularidad conceptual, que dentro de nuestro contexto social demarca una gran diferencia.

En comparación con una cuarentena, la cual se fundamenta con un tema de salubridad, el toque de queda es un simple imperativo que no necesita fundamentarse. De este modo, el toque de queda es lo más cercano a experimentar la ley como ley (un imperativo, una orden). Es un exceso que demarca una falta de fundamento: ¡Quédate en casa! ¿Por qué? ¡Porque yo lo digo! De esta manera, el toque de queda representa una falta misma dentro de la ley para imponer su soberanía entre el pueblo. No hay ningún problema con este uso de la ley, ya que es el aspecto fundamental de la ley, la cual paradójicamente no necesita fundamentos.

El problema esencial con el toque de queda es que su imperativo se limita a la restricción del transito de los civiles. El actor, al cual recae el imperativo y la responsabilidad de las fallas de esta pandemia, es el pueblo. Sí, el pueblo es responsable, pero dentro de esta red de responsabilidades existen otros actores, que al parecer se ven libres de responsabilidades. Mantener este toque de queda, mantendrá la visión en la cual el enemigo de un peruano es otro peruano—los culpables son esos irresponsables que rompen la cuarentena. Sí, los son, pero no son los únicos, y mantener esa visión no nos sacara de este pandemonio.

Si existe necesidad de suspender nuestra vida cotidiana para enfrentarnos a una crisis, ¿por qué no suspender la forma de producción económica? En vez de mantener un imperativo negativo, deberíamos proponer un imperativo positivo: ¡Haz algo por el Perú! Tal vez de esta manera, la responsabilidad también recaería en el sector privado (cuya labor debería satisfacer nuestras necesidades en esta pandemia, y no solo a reproducir su capital). Es momento de decirle al sector privado: ¡Haz algo por el Perú! ¡Fabrica mascarillas! ¡Alimenta a los necesitados! Si esto fuera posible, tal vez y solo tal vez, tendremos más que algunas horas de vida.


Escrito por

Rizomático

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